martes, 10 de noviembre de 2009

Mis días de café

Ahora que me relaje un poco con el tema de los estudios, puedo darme cuenta del efecto de más de siete días a puro café. En todo ese tiempo, si no me equivoco, dormí 3 horas por día, me la pase acelerado y esas cosas.

Esta rutina empezaba a eso de las 19:30, cuando volvía de la facultad. A esa hora me sentaba frente a la PC (como es mi sana costumbre, claro que si) y me preparaba el primer café de la noche. Este no era como los otros; no solo por ser el primero, sino que también por el hecho de que lo acompañaba con algunas tostadas o algo para comer. A fines prácticos, la única utilidad que tenía era la de tener una buena excusa para comer.

A las 21 me ponía a estudiar hasta las 23, más o menos. A esa hora me hacía otro café. Este era más fuerte que el anterior: le ponía dos cucharaditas colmadas (como las que se usan para hacer leche en polvo) a la taza de desayuno y me lo tomaba frente a la PC. Sí, otra vez frente a la PC. Este último tardaba más o menos una hora en hacer efecto, así que a las 00:30 me ponía de nuevo. El efecto dura tres horas, como mucho. En realidad, esto último cambia según la persona, ya que la cafeína actúa de manera diferente en cada organismo.

El día terminaba a las 4 am más o menos. A esa hora me acostaba por tres horas y a las siete... ¡de vuelta! Me tomaba un café de desayuno, igualito al de las 23 hs del día anterior. Con eso trataba de mantenerme despierto. La mayoría de las veces también agregaba uno de media mañana y de esa manera completaba el ciclo.

Es importante agregar que esto era para los días de semana, ya que los sábados y domingos, al estar casi todo el día en casa, me tomaba dos o tres cafés más por la tarde.

El tema fue cuando deje de tomarlos. De repente sentí que el cuerpo se me aplasto de golpe y dormí como 14 horas. Pero me imagino que eso se debió a tanto café junto.

No es mucho, pero esta fue mi rutina de las últimas semanas. Por suerte el cursado se esta terminando y los finales me los voy a tomar de una manera más relajada. Yo sé que mi hígado me lo va a agradecer.

1 comentario:

Anna From Space dijo...

Interesante, yo tambien me he vuelto adicta al cafe.
Buen blog!

saluu2!